Hace unos días saltó la noticia de que Meta, debe hacer frente a la mayor multa conocida en la historia de la Unión Europea, 1.200 millones, por violar la política de protección de datos. La empresa propietaria de apps como Facebook, Instagram o WhatsApp, ha incumplido el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). La compañía, de la que es propietario Mark Zuckerberg, deberá abonar unos 1.200 millones de euros. Además, debe cumplir con el mandato de cesar en transferencia de datos de los usuarios europeos a los centros de datos en EE. UU.
Posición de la Unión Europea en los últimos años
La UE se ha posicionado en los últimos años como ejemplo a seguir respecto de la regulación y control de las actividades que llevan a cabo las grandes compañías tecnológicas. Irlanda, a día de hoy, se considera guardián y principal protectora de los derechos de los usuarios europeos. Y es que en los últimos tiempos la UE no ha tenido dudas en imponer varias multas millonarias a estas empresas.
A pesar de ser una cuantiosa multa, si comparamos con todo lo que Meta factura podría hasta parecernos pequeña. La compañía desde el año 2020 estaba llevando a cabo estas prácticas ilegales. En tan solo un año, a pesar de ser unos de los peores, al final en el primer trimestre Meta facturó 28.700 millones de dólares. Esto le ha supuesto unas ganancias netas de 5.709 millones. Es una cantidad muy inferior a los resultados de otros años, pero superior a la sanción.
La multa de la UE afecta solo a la red social Facebook, las otras redes de la compañía, WhatsApp o Instagram no han sido multadas.
¿Cuál ha sido el motivo de la multa?
Para responder a esta pregunta debemos echar la vista atrás, concretamente, al año 2020. En ese año la UE avisó a Meta sobre que estaba incurriendo en un incumplimiento de la normativa del RGPD. La compañía estaba enviando los datos de los usuarios europeos a los centros de datos de EEUU. Lo hacía porque estos centros no cumplían con las medidas de protección de este tipo de información.
En este tiempo la Unión amenazaba ya con la imposición de la multa y la prohibición total de Facebook en el territorio de UE. Los jueces desestimaron las demandas presentadas y Meta y el resto de las compañías que llevaban a cabo estas prácticas, se encontraron ante un vacío legal. Facebook y los reguladores siguieron con su actividad y al final consiguieron convencer de esas malas prácticas de la compañía de Zuckerberg.
Meta aún está en plazo de presentar recurso por la sanción, pero no parece probable que gane por los muchos precedentes establecidos ya en esta materia.
En la UE se toman muy en serio el tema de la protección de datos, por lo que futuras compañías se pensaran dos veces el transmitir los datos de sus usuarios a otros estados. Si al final la multa se ratifica, estaremos ante la multa más cuantiosa jamás impuesta por la UE.